Ayer se celebró, como en los diez últimos años, el Día Internacional contra la Homofobia en el fútbol. La fecha escogida guarda relación con el nacimiento de Justin Fashanu , el primer futbolista de renombre que contó públicamente su homosexualidad hace justo hace 30 años cuando era jugador del Nottingham Forest.
Habían pagado un millón de Libras por él, para ser el sucesor de Trevor Francis . Pero a raíz de la entrevista en The Sun (22/10/90) donde hacía pública su homosexualidad, el entrenador Brian Clough le hizo la vida imposible hasta llegar a prohibirle entrenar con el equipo. Los jugadores se lo tomaron mal y a él le contaban, en el vestuario, chistes de maricas.
Desde 1990, bien pocos jugadores de la élite han contado su condición sexual, lo que demuestra hasta qué punto la homosexualidad sigue muy lejos de la normalidad exigible. El miedo a ser vejado, discriminado o insultado sigue a la orden del día. De un tiempo a esta parte, parece que el fútbol vuelve a mostrar conductas racistas, machistas y homófobas de antaño.
Fashanu , meses después de ser acusado de un delito sexual que jamás se probó, se suicidó en su garaje de Londres. Dejó una nota: “Me he dado cuenta de que ya he sido condenado culpable. No quiero seguir siendo la vergüenza de mis amigos y familiares”.